Córdoba, Ver.- Fieles católicos de la zona centro del estado volcaron su fe hacia el Santo Niño de las Suertes que se ubica en el interior de la rectoría de San Sebastián, en el barrio del mismo nombre cerca del Centro Histórico de Córdoba.
Desde las 07:30 horas de este domingo fieles católicos devotos a este santo se dieron cita en la rectoría de San Sebastián para entonarle las tradicionales mañanitas en compañía de un Mariachi para después celebrar eucaristía.
Para esta festividad, la imagen del Santo Niño, que se caracteriza por estar recostado sobre un cráneo, se bajó de su nicho y se colocó a un costado del altar mayor a fin de que los fieles pudieran tener contacto con él.
La imagen del Santo Niño de las Suertes fue adornada con flores azules, amarillas y blancas, así como globos en tonos azul y dorados que son los tonos característicos del santo cuya festividad oficial es en el mes de enero.
Previo a la eucaristía el padre Juan José Mexicano, dio una explicación sobre la historia del Santo Niño de las Suertes, mismo que fue encontrado por dos sacerdotes en Tlalpan, Ciudad de México, en el año de 1806.
Actualmente la imagen de este niño milagroso se encuentra en el pueblo de Santiago Tepalcatlalpan, Xochimilco donde es muy venerado por fieles católicos que acuden a él para pedirle salud y trabajo.
Familia Rodríguez Rodríguez lleva tres generaciones venerando al Santo Niño de las Suertes
El Santo Niño de las Suertes es uno de los santos más venerados por los fieles católicos de la zona centro del estado a quienes, señalan, les ha concedido muchas peticiones, principalmente en materia de salud, trabajo y familia.
Ejemplo de ello es la familia Rodríguez Colorado, de la comunidad de Peñuela, perteneciente al municipio de Amatlán, quienes llevan más de 15 años y tres generaciones adorando a esta imagen.
Rosa María Colorado Herrera, señala que hace 15 años su familia estaba atravesando diversos problemas tanto económicos como familiares, fue entonces que una conocida le compartió una estampa del Niño de las Suertes y le dijo que fuera a orarle.
A partir de ahí, cuenta, muchos de sus problemas se han ido resolviendo, por lo que desde entonces cada año acude con sus hijos y nietas para agradecerle todos sus favores y, en señal de agradecimiento, al concluir la primera misa del día proporcional algunos alimentos a los presentes.