/ lunes 16 de agosto de 2021

Taxistas enfrentan al Covid, insultos y malas caras

Durante el turno de la noche es que no usan el cubrebocas y las personas al salir de bares, antros o cantinas llegan a ser impertinentes

Córdoba, Ver.- Pese a que respetan las medidas sanitarias implementadas respecto al Covid-19 esto por parte de Transporte Público, usuarios de taxis hacen “complicado” su día a día ya que no respetan lo marcado, así lo dio a conocer Adán Flores López, representante del sitio Madison de la calle 22

Desde insultos hasta daños materiales a las unidades son algunos de las experiencias que los ruleteros viven desde que se reforzaron las medidas de sanidad respecto al Covid-19, “la gente es necia en ocasiones son hasta 5 las personas que quieren abordar la unidad cuando solo tenemos permitido llevar a tres personas en el asiento de atrás, al negarnos nos dicen palabras altisonantes e incluso azotan las puertas”.

Usuarios de taxis hacen “complicado” su día a día ya que no respetan lo marcado y suben a las unidades sin cubrebocas / Foto: Jaime Ramírez | El Sol de Córdoba


En su caso, le ha tocado ofrecer su servicios a personas que salen de cantinas e incluso sin hacer uso del cubrebocas, enfatizó Transporte público les ha mencionado pueden negarse a dar el servicio cuando se vea un grupo de más de 4 personas.

 

 

Flores López dijo que sigue siendo un problema el que quieran viajar como copilotos, acción que no está permitida dentro del reglamento marcado por Transporte durante esta pandemia de Covid-19, “me ha tocado ver a compañeros que van con mucho pasaje y algunos sin cubrebocas, eso es riesgoso para ambas partes, llamó a que esto se frene”.

También han tenido buenas experiencias pues se admiran de que se reparte gel antibacterial, cubrebocas e incluso el dar guantes de látex para tocar el interior del vehículo.

Cabe hacer mención que dentro de la base que representa ha fallecido una personas a causa del virus y otras más han padecido de la enfermedad.

Sobre el tema, Roberto Aguilar, ha sido taxista desde hace 8 años y su experiencia durante el turno de la noche es que no usan el cubrebocas y las personas al salir de bares, antros o cantinas llegan a ser impertinentes pues quieren un servicio, mismo que se les explica el porqué.

“Desafortunadamente una persona ebria no toma las medidas sanitarias en serio , y mientras no haya una ley que se los prohíba esta pandemia no parará”.

Te puede interesar: Multas a quien no use cubrebocas, taxistas y Canaco refuerzan medidas

Asimismo el señor Mario Quintana Barradas, quien tienen su unidad laboral en Fortín de las Flores, desde el inicio de la pandemia ha hecho uso de una mica que divide al pasaje y su persona, acción que le ha valido de protección ,”les gusta la idea e inclusive preguntan si los demás taxis lo tendrán y con respecto a los usuarios si es para darle un mejor servicio al cliente está bien , no he tenido problema y menos con los operativos”.

Aunque no todos lo hacen, pero existen choferes que no portan bien el cubrebocas / Foto: Jaime Ramírez | El Sol de Córdoba


Recordó el esfuerzo que tuvo que hacer para ahorrar y mandar a poner su acrílico dentro de su unidad, sin embargo no se arrepiente de haberlo hecho.

Taxistas cuentan sus temores e historias por el Covid

ORIZABA, Ver.- Para Martín Rodríguez, taxista de hace más de 10 años, trabajar en pandemia ha sido difícil económicamente, por fortuna, dice su salud no se ha visto deteriorada porque toma sus precauciones; sabe que no está exento del contagio, pero al vacunarse se siente un poco más tranquilo y no por eso baja la guardia en su cuidado personal, porque así cuida también el de su familia.

Mientras presta un servicio, platica que es durante los fines de semana cuando tiene más trabajo, “entre semana casi no, porque la gente casi no sale; ahorita la gente comienza a salir porque tal vez se aburre de estar encerrada, pero entre semana solo salen a trabajar y por eso está más quieto”, dice.

Para los taxistas, trabajar en pandemia ha sido difícil económicamente / Foto ilustrativa Miguel Castillo | El Sol de Orizaba

Menciona que los taxistas, por tener contacto con la gente, se protege; él, por lo menos sanitiza su vehículo luego de que da un servicio, desinfecta el dinero con alcohol y se desinfecta las manos con gel antibacterial.

Señala que es cuidadoso al subir pasaje, observa a quienes lo abordan, checando sobre todo que use cubreboca; además de que confiesa, evita subir pasaje afuera del Hospital de Especialidades del IMSS, por seguridad. “Sólo que me hagan la parada, pero estar parado ahí como los del sitio, no”; no se arriesga.

Él, apunta, ya tiene el esquema completo de su vacuna y aun así se sigue cuidando, “tal vez la vacuna sí nos ayuda mucho, pero aun así tenemos que seguir usando el cubreboca y todo lo demás”.

Añade que sí ha habido taxistas que fallecieron, sobre todo el año pasado, pero tal vez fue porque no se cuidaron o porque tenían otra enfermedad; “no han sido muchos, gracias a Dios”.

Con información de Mayra Figueiras | El Sol de Orizaba

Ni el Covid ha podido conmigo: taxista mutilado de su pierna

A David Pastrana Pérez le amputaron la pierna cuando tenía 18 años, aun con esa limitación, tiene 39 años manejando el taxi y ni la pandemia ha podido con él, “mientras está uno vivo hay esperanza”.

En 1978 sufrió un accidente y le amputaron la pierna izquierda. A los dos años, le pusieron una prótesis y poco después aprendió a manejar, su situación nunca fue impedimento para buscar salir adelante.

“Yo puedo manejar cualquier carro, los chiquitos son más cómodos; si manejo uno más grande, de carga, sería más pesado para mí, pero no me rajo, lo manejo y me lo llevaría hasta México o Veracruz”.

 

 

Recordó que, aunque hace años fue favorecido con unas placas de taxi, por mala administración suya, las tuvo que vender y ahora trabaja para alguien más.

A sus 62 años, asegura que gracias a que no fuma ni toma, y es una persona responsable, se ha ganado la confianza de sus jefes y el trabajo nunca le ha faltado.

La pandemia lo obligó a dejar de trabajar el taxi por unos meses, pero dado que no es pensionado ni recibe apoyo de otras personas, tuvo que regresar a trabajar a los pocos meses de que inició la crisis sanitaria porque no había forma de llevar el sustento a su familia.

Durante el último año ha habido días en que las ganancias son nulas, pero aun así se tiene que echar gasolina al auto y continuar. Su vista también está cansada por lo que no piensa seguir en el taxi mucho tiempo más.

Los cierres del centro de la ciudad es otro obstáculo porque obstruye su trabajo y la gente prefiere quedarse en casa, pedir servicio a domicilio en moto o caminar, “para uno no hay nada”.

“El trabajo ha estado pésimo, sobrevive uno con 200 para abajo, es lo que uno que gana y eso es quincena, los demás días va uno al día, por el alto costo de la gasolina, la competencia de los compañeros que son muchos, por inseguridad, de que lo vayan a uno a asaltar y la falta de dinero en las personas, son muchos puntos que están en contra de uno, pero no queda más que seguir trabajando”.

“El taxi en un tiempo fue bueno”

Don David Pastrana recuerda con nostalgia el tiempo en que conducir un taxi era buen negocio, ahora ya nada de eso ha quedado.

Comprar tortillas y pan es indispensable, el taxi, es opciones en la mayoría de los casos, agregó.

Para sobrevivir a la situación económica adversa y pese a su edad, empezará a hacer trabajos de herrería en lo que piensa continuar, porque considera que ya es tiempo de decir adiós taxis, “porque se me ha ido toda la vida ahí”.

“Aunque yo ya estoy grande de edad, lo que tengo son ganas de trabajar, pero aquí veo que está muy penco el trabajo y para qué estoy ahí todo el día, todo el día, y llega uno a la casa con presión y no trae uno nada”.

Leer más: Hay niños hospitalizados por Covid... y son más de 200

Vive con su esposa y sus hijos que siguen estudiando por lo que no puede darse por vencido porque tiene que seguir manteniendo su casa. El taxi le dio grandes cosas, poder llevar a pasear a su madre, construir su casa, conoció a su esposa con quien tiene dos hijos y dice orgulloso que tiene “lo mejor”.

“El taxi ha sido el socorro”

Armando Saldaña Velázquez tiene 50 años y 34 de trabajar en el taxi. Empezó por la necesidad de tener un empleo, le hicieron el ofrecimiento y desde entonces se convirtió en su fuente de ingresos. Asegura que esa es una labor socorrida porque además él mismo es solidario con otras personas.

Aunque la unidad que trabaja es suya, renta placas. La pandemia ha complicado todo, ahora es difícil poder sacar “lo del día, ya para lujos ya no da”.

Con mucho trabajo, da para “medio ir comiendo y salir adelante”, asegura. Con la crisis sanitaria ha tenido que buscar otras formas de obtener ingresos, en albañilería, pintura u otros oficios.

“Hay que buscarle, que realmente todos los trabajos han escaseado, cuando sale hay que entrarle. Afortunadamente mis hijos ya están grandes y dependen de ellos solos, pero entre mi esposa y yo todavía los vemos porque siempre hace falta un dinero extra”.

Antes el taxi daba para el estudio de los hijos, pero de la pandemia para acá, todo cambió. Su edad, hace difícil encontrar un trabajo seguro, por lo que el taxi ha sido el socorro para toda su familia.

“Si tu trabajas un rato, te ganas unos pesitos y es socorrido este trabajo. Por eso es que continúo y si ya tengo 33 años y a mi edad ya no creo que consiga un trabajo en otro lado”.

Durante la pandemia, se ha encontrado con situaciones que le han requerido solidaridad porque la situación para muchas familias, es complicada.

“Me ha sucedido que he llevado gente que te dicen ‘traigo 10 pesos lléveme a este lado, me urge y la verdad no tengo dinero’ y sí les digo que no se preocupe y que ahí para la otra, por eso el trabajo es socorrido porque tu también tienes que aportar algo de ayuda y más en estos tiempos en que todos necesitamos de todos”.

“Seguimos siendo los psicólogos”

Julio Muñoz Baizabal tiene 30 años, y asegura que los taxistas siguen siendo psicólogos para muchos de los usuarios lo que se ha acentuado durante la pandemia.

Lee más aquí: Si tienes 18 y vives en Córdoba, regresarías a clases con una dosis antiCovid-19

“Varios pasajes nos agarran a lo mejor no de psicólogos pero que nos cuentan situaciones que a lo mejor traían cargando y con nosotros se desahogan. En algunas ocasiones se desahogan por tener algún familiar enfermo, que están solicitando donadores de sangre, hasta la fecha todavía me han tocado esos casos”, dijo.

Tiene 4 años y medio trabajando en el taxi, tiempo en que obtuvo las placas y decidió trabajarlas; aunque al inicio le costó adaptarse, ahora le ha encontrado el gusto y las bondades.

 

 

Sin embargo, con la pandemia se encontró con la necesidad de dejar de trabajar por un tiempo, mismo que tuvo que invertir en vender artículos por internet. La necesidad lo hizo regresar al volante sin importar el riesgo de contagios.

“De un tiempo para acá, al inicio de la pandemia nos ha disminuido mucho porque han cerrado varios lugares, la gente sí como que anda con el temor igual que nosotros, las personas que abordan a los taxis porque hay unidades que no las sanitizan y ahorita con la apertura de algunos centros comerciales como que levantó un poco, pero aun sí, ha estado muy bajo porque queramos o no lo que la mueven son los estudiantes y hay muchos lugares de gobierno que han estado restringiendo el acceso a varios lugares”.

Julio tiene un hijo que depende de él, es gracias a su trabajo que ha podido darle lo necesario y es por él que ha decidido seguir adelante, porque rendirse no es opción.

Un día tuvo la oportunidad de ayudar a una madre para sacar a sus hijos que tras sufrir un accidente quedaron atrapados en su vehículo y junto con uno de sus compañeros les brindaron su ayuda, como ese gesto, todos los días intenta poner su grano de arena para hacer un mejor mundo.

Con información de Ingrid Ruiz | Ariadna García | Diario de Xalapa

Obligados a salir a trabajar, por las deudas

Veracruz, Ver.- Aunque se encuentran dentro de la edad de riesgo por el Covid-19 taxistas de Veracruz se ven obligados a salir a trabajar porque necesitan el ingreso diario para subsistir pero ahora seleccionan su pasaje como una medida preventiva ante los contagios de la tercera ola del Covid-19.

Cuauhtémoc Osorio de 65 años, relató que tras el inicio de la pandemia dejó de trabajar su taxi por dos meses hasta que las deudas empezaron a ahogarlo y se triplicaron con los intereses.

Leer más: Córdoba entre las ciudades con más casos activos de Covid

“Cuando empezó esto de la pandemia deje de trabajar dos meses porque estoy dentro de la edad de riesgo, pero como estoy pagando mi carro se me juntaron las deudas, tuve que conseguir prestado y luego los intereses empezaron a ahogarme ya no pude más, ahora ando trabajando bajo todos los protocolos y bendito Dios que no me he enfermado ni nadie de mi familia”, comentó.

Afirmó que apegándose a todos los protocolos sanitarios sale a trabajar del diario ya que en su taxi carga todos los productos necesarios para su protección y el de sus clientes.

“Yo ando con mi cubrebocas y traigo de más por su algún pasajero no trae, porque si no traen cubrebocas o no se quieren poner no doy el servicio, también traigo mi gel, sanitizante, alcohol, desinfectante, shampoo y un jaboncito para andarme lavando las manos donde puedo y sanitizo el carro cada vez que se me bajan los pasajeros” relató mientras sacaba de la guantera un paquete de cubrebocas que ofrece a los pasajeros.

Rubén Cuellar Vichi de 75 años es otro de los taxistas de la zona conurbada, afirmó que tras la pandemia se volvió “más selectivo” y no a cualquier le presta sus servicios.

Mencionó que como el taxi es de su propiedad y no tiene que rendirle cuentas a ningún patrón, por lo que trabaja con base a sus horarios y sin presiones.

“Trabajo parcialmente, por ratitos y muy selectivamente, aunque hace falta el dinero me he vuelto muy selectivo, veo la facha de la gente y si no traen cubrebocas, aunque me hagan la parada no doy mis servicios, afortunadamente el taxi es mío y junto con mi esposa ahí la llevamos”, argumentó.

Enrique Morteo Palma de 60 años de edad explicó que aunque anda por toda la conurbación evita acercarse a las zonas donde hay hospitales como medida de prevención.

Comento que muchos compañeros ruleteros han preferido usar otros sitios de taxi ante el miedo de agarrar un pasaje en los alrededores de los hospitales y contagiarse del virus SARS CoV2.

 

 

“Yo no trabajo la zona de hospitales, ando por el centro de Veracruz, la zona norte, el área de los Infonavit del norte pero he sabido que los compañeros evitar levantar usuarios de los hospitales, que se han ido de esos lugares porque los contagios están muy fuertes”, señaló.

Hizo referencia que durante el inicio de la pandemia tuvo que dejar de trabajar por casi ocho meses y aunque su hijo mayor le proporciona techo y alimento fue un periodo muy difícil.

“Yo no trabaje ocho meses, afortunadamente vivo con mi hijo y me tuve que poner a hacer otras cosas y tuve que vender muchas cosas, si me dijeran que otra vez se suspende la actividad yo creo que ya no lo aguantaría, no sé qué haría”, puntualizó.

Con información de Ingrid Ruiz | Diario de Xalapa

Córdoba, Ver.- Pese a que respetan las medidas sanitarias implementadas respecto al Covid-19 esto por parte de Transporte Público, usuarios de taxis hacen “complicado” su día a día ya que no respetan lo marcado, así lo dio a conocer Adán Flores López, representante del sitio Madison de la calle 22

Desde insultos hasta daños materiales a las unidades son algunos de las experiencias que los ruleteros viven desde que se reforzaron las medidas de sanidad respecto al Covid-19, “la gente es necia en ocasiones son hasta 5 las personas que quieren abordar la unidad cuando solo tenemos permitido llevar a tres personas en el asiento de atrás, al negarnos nos dicen palabras altisonantes e incluso azotan las puertas”.

Usuarios de taxis hacen “complicado” su día a día ya que no respetan lo marcado y suben a las unidades sin cubrebocas / Foto: Jaime Ramírez | El Sol de Córdoba


En su caso, le ha tocado ofrecer su servicios a personas que salen de cantinas e incluso sin hacer uso del cubrebocas, enfatizó Transporte público les ha mencionado pueden negarse a dar el servicio cuando se vea un grupo de más de 4 personas.

 

 

Flores López dijo que sigue siendo un problema el que quieran viajar como copilotos, acción que no está permitida dentro del reglamento marcado por Transporte durante esta pandemia de Covid-19, “me ha tocado ver a compañeros que van con mucho pasaje y algunos sin cubrebocas, eso es riesgoso para ambas partes, llamó a que esto se frene”.

También han tenido buenas experiencias pues se admiran de que se reparte gel antibacterial, cubrebocas e incluso el dar guantes de látex para tocar el interior del vehículo.

Cabe hacer mención que dentro de la base que representa ha fallecido una personas a causa del virus y otras más han padecido de la enfermedad.

Sobre el tema, Roberto Aguilar, ha sido taxista desde hace 8 años y su experiencia durante el turno de la noche es que no usan el cubrebocas y las personas al salir de bares, antros o cantinas llegan a ser impertinentes pues quieren un servicio, mismo que se les explica el porqué.

“Desafortunadamente una persona ebria no toma las medidas sanitarias en serio , y mientras no haya una ley que se los prohíba esta pandemia no parará”.

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Asimismo el señor Mario Quintana Barradas, quien tienen su unidad laboral en Fortín de las Flores, desde el inicio de la pandemia ha hecho uso de una mica que divide al pasaje y su persona, acción que le ha valido de protección ,”les gusta la idea e inclusive preguntan si los demás taxis lo tendrán y con respecto a los usuarios si es para darle un mejor servicio al cliente está bien , no he tenido problema y menos con los operativos”.

Aunque no todos lo hacen, pero existen choferes que no portan bien el cubrebocas / Foto: Jaime Ramírez | El Sol de Córdoba


Recordó el esfuerzo que tuvo que hacer para ahorrar y mandar a poner su acrílico dentro de su unidad, sin embargo no se arrepiente de haberlo hecho.

Taxistas cuentan sus temores e historias por el Covid

ORIZABA, Ver.- Para Martín Rodríguez, taxista de hace más de 10 años, trabajar en pandemia ha sido difícil económicamente, por fortuna, dice su salud no se ha visto deteriorada porque toma sus precauciones; sabe que no está exento del contagio, pero al vacunarse se siente un poco más tranquilo y no por eso baja la guardia en su cuidado personal, porque así cuida también el de su familia.

Mientras presta un servicio, platica que es durante los fines de semana cuando tiene más trabajo, “entre semana casi no, porque la gente casi no sale; ahorita la gente comienza a salir porque tal vez se aburre de estar encerrada, pero entre semana solo salen a trabajar y por eso está más quieto”, dice.

Para los taxistas, trabajar en pandemia ha sido difícil económicamente / Foto ilustrativa Miguel Castillo | El Sol de Orizaba

Menciona que los taxistas, por tener contacto con la gente, se protege; él, por lo menos sanitiza su vehículo luego de que da un servicio, desinfecta el dinero con alcohol y se desinfecta las manos con gel antibacterial.

Señala que es cuidadoso al subir pasaje, observa a quienes lo abordan, checando sobre todo que use cubreboca; además de que confiesa, evita subir pasaje afuera del Hospital de Especialidades del IMSS, por seguridad. “Sólo que me hagan la parada, pero estar parado ahí como los del sitio, no”; no se arriesga.

Él, apunta, ya tiene el esquema completo de su vacuna y aun así se sigue cuidando, “tal vez la vacuna sí nos ayuda mucho, pero aun así tenemos que seguir usando el cubreboca y todo lo demás”.

Añade que sí ha habido taxistas que fallecieron, sobre todo el año pasado, pero tal vez fue porque no se cuidaron o porque tenían otra enfermedad; “no han sido muchos, gracias a Dios”.

Con información de Mayra Figueiras | El Sol de Orizaba

Ni el Covid ha podido conmigo: taxista mutilado de su pierna

A David Pastrana Pérez le amputaron la pierna cuando tenía 18 años, aun con esa limitación, tiene 39 años manejando el taxi y ni la pandemia ha podido con él, “mientras está uno vivo hay esperanza”.

En 1978 sufrió un accidente y le amputaron la pierna izquierda. A los dos años, le pusieron una prótesis y poco después aprendió a manejar, su situación nunca fue impedimento para buscar salir adelante.

“Yo puedo manejar cualquier carro, los chiquitos son más cómodos; si manejo uno más grande, de carga, sería más pesado para mí, pero no me rajo, lo manejo y me lo llevaría hasta México o Veracruz”.

 

 

Recordó que, aunque hace años fue favorecido con unas placas de taxi, por mala administración suya, las tuvo que vender y ahora trabaja para alguien más.

A sus 62 años, asegura que gracias a que no fuma ni toma, y es una persona responsable, se ha ganado la confianza de sus jefes y el trabajo nunca le ha faltado.

La pandemia lo obligó a dejar de trabajar el taxi por unos meses, pero dado que no es pensionado ni recibe apoyo de otras personas, tuvo que regresar a trabajar a los pocos meses de que inició la crisis sanitaria porque no había forma de llevar el sustento a su familia.

Durante el último año ha habido días en que las ganancias son nulas, pero aun así se tiene que echar gasolina al auto y continuar. Su vista también está cansada por lo que no piensa seguir en el taxi mucho tiempo más.

Los cierres del centro de la ciudad es otro obstáculo porque obstruye su trabajo y la gente prefiere quedarse en casa, pedir servicio a domicilio en moto o caminar, “para uno no hay nada”.

“El trabajo ha estado pésimo, sobrevive uno con 200 para abajo, es lo que uno que gana y eso es quincena, los demás días va uno al día, por el alto costo de la gasolina, la competencia de los compañeros que son muchos, por inseguridad, de que lo vayan a uno a asaltar y la falta de dinero en las personas, son muchos puntos que están en contra de uno, pero no queda más que seguir trabajando”.

“El taxi en un tiempo fue bueno”

Don David Pastrana recuerda con nostalgia el tiempo en que conducir un taxi era buen negocio, ahora ya nada de eso ha quedado.

Comprar tortillas y pan es indispensable, el taxi, es opciones en la mayoría de los casos, agregó.

Para sobrevivir a la situación económica adversa y pese a su edad, empezará a hacer trabajos de herrería en lo que piensa continuar, porque considera que ya es tiempo de decir adiós taxis, “porque se me ha ido toda la vida ahí”.

“Aunque yo ya estoy grande de edad, lo que tengo son ganas de trabajar, pero aquí veo que está muy penco el trabajo y para qué estoy ahí todo el día, todo el día, y llega uno a la casa con presión y no trae uno nada”.

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Vive con su esposa y sus hijos que siguen estudiando por lo que no puede darse por vencido porque tiene que seguir manteniendo su casa. El taxi le dio grandes cosas, poder llevar a pasear a su madre, construir su casa, conoció a su esposa con quien tiene dos hijos y dice orgulloso que tiene “lo mejor”.

“El taxi ha sido el socorro”

Armando Saldaña Velázquez tiene 50 años y 34 de trabajar en el taxi. Empezó por la necesidad de tener un empleo, le hicieron el ofrecimiento y desde entonces se convirtió en su fuente de ingresos. Asegura que esa es una labor socorrida porque además él mismo es solidario con otras personas.

Aunque la unidad que trabaja es suya, renta placas. La pandemia ha complicado todo, ahora es difícil poder sacar “lo del día, ya para lujos ya no da”.

Con mucho trabajo, da para “medio ir comiendo y salir adelante”, asegura. Con la crisis sanitaria ha tenido que buscar otras formas de obtener ingresos, en albañilería, pintura u otros oficios.

“Hay que buscarle, que realmente todos los trabajos han escaseado, cuando sale hay que entrarle. Afortunadamente mis hijos ya están grandes y dependen de ellos solos, pero entre mi esposa y yo todavía los vemos porque siempre hace falta un dinero extra”.

Antes el taxi daba para el estudio de los hijos, pero de la pandemia para acá, todo cambió. Su edad, hace difícil encontrar un trabajo seguro, por lo que el taxi ha sido el socorro para toda su familia.

“Si tu trabajas un rato, te ganas unos pesitos y es socorrido este trabajo. Por eso es que continúo y si ya tengo 33 años y a mi edad ya no creo que consiga un trabajo en otro lado”.

Durante la pandemia, se ha encontrado con situaciones que le han requerido solidaridad porque la situación para muchas familias, es complicada.

“Me ha sucedido que he llevado gente que te dicen ‘traigo 10 pesos lléveme a este lado, me urge y la verdad no tengo dinero’ y sí les digo que no se preocupe y que ahí para la otra, por eso el trabajo es socorrido porque tu también tienes que aportar algo de ayuda y más en estos tiempos en que todos necesitamos de todos”.

“Seguimos siendo los psicólogos”

Julio Muñoz Baizabal tiene 30 años, y asegura que los taxistas siguen siendo psicólogos para muchos de los usuarios lo que se ha acentuado durante la pandemia.

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“Varios pasajes nos agarran a lo mejor no de psicólogos pero que nos cuentan situaciones que a lo mejor traían cargando y con nosotros se desahogan. En algunas ocasiones se desahogan por tener algún familiar enfermo, que están solicitando donadores de sangre, hasta la fecha todavía me han tocado esos casos”, dijo.

Tiene 4 años y medio trabajando en el taxi, tiempo en que obtuvo las placas y decidió trabajarlas; aunque al inicio le costó adaptarse, ahora le ha encontrado el gusto y las bondades.

 

 

Sin embargo, con la pandemia se encontró con la necesidad de dejar de trabajar por un tiempo, mismo que tuvo que invertir en vender artículos por internet. La necesidad lo hizo regresar al volante sin importar el riesgo de contagios.

“De un tiempo para acá, al inicio de la pandemia nos ha disminuido mucho porque han cerrado varios lugares, la gente sí como que anda con el temor igual que nosotros, las personas que abordan a los taxis porque hay unidades que no las sanitizan y ahorita con la apertura de algunos centros comerciales como que levantó un poco, pero aun sí, ha estado muy bajo porque queramos o no lo que la mueven son los estudiantes y hay muchos lugares de gobierno que han estado restringiendo el acceso a varios lugares”.

Julio tiene un hijo que depende de él, es gracias a su trabajo que ha podido darle lo necesario y es por él que ha decidido seguir adelante, porque rendirse no es opción.

Un día tuvo la oportunidad de ayudar a una madre para sacar a sus hijos que tras sufrir un accidente quedaron atrapados en su vehículo y junto con uno de sus compañeros les brindaron su ayuda, como ese gesto, todos los días intenta poner su grano de arena para hacer un mejor mundo.

Con información de Ingrid Ruiz | Ariadna García | Diario de Xalapa

Obligados a salir a trabajar, por las deudas

Veracruz, Ver.- Aunque se encuentran dentro de la edad de riesgo por el Covid-19 taxistas de Veracruz se ven obligados a salir a trabajar porque necesitan el ingreso diario para subsistir pero ahora seleccionan su pasaje como una medida preventiva ante los contagios de la tercera ola del Covid-19.

Cuauhtémoc Osorio de 65 años, relató que tras el inicio de la pandemia dejó de trabajar su taxi por dos meses hasta que las deudas empezaron a ahogarlo y se triplicaron con los intereses.

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“Cuando empezó esto de la pandemia deje de trabajar dos meses porque estoy dentro de la edad de riesgo, pero como estoy pagando mi carro se me juntaron las deudas, tuve que conseguir prestado y luego los intereses empezaron a ahogarme ya no pude más, ahora ando trabajando bajo todos los protocolos y bendito Dios que no me he enfermado ni nadie de mi familia”, comentó.

Afirmó que apegándose a todos los protocolos sanitarios sale a trabajar del diario ya que en su taxi carga todos los productos necesarios para su protección y el de sus clientes.

“Yo ando con mi cubrebocas y traigo de más por su algún pasajero no trae, porque si no traen cubrebocas o no se quieren poner no doy el servicio, también traigo mi gel, sanitizante, alcohol, desinfectante, shampoo y un jaboncito para andarme lavando las manos donde puedo y sanitizo el carro cada vez que se me bajan los pasajeros” relató mientras sacaba de la guantera un paquete de cubrebocas que ofrece a los pasajeros.

Rubén Cuellar Vichi de 75 años es otro de los taxistas de la zona conurbada, afirmó que tras la pandemia se volvió “más selectivo” y no a cualquier le presta sus servicios.

Mencionó que como el taxi es de su propiedad y no tiene que rendirle cuentas a ningún patrón, por lo que trabaja con base a sus horarios y sin presiones.

“Trabajo parcialmente, por ratitos y muy selectivamente, aunque hace falta el dinero me he vuelto muy selectivo, veo la facha de la gente y si no traen cubrebocas, aunque me hagan la parada no doy mis servicios, afortunadamente el taxi es mío y junto con mi esposa ahí la llevamos”, argumentó.

Enrique Morteo Palma de 60 años de edad explicó que aunque anda por toda la conurbación evita acercarse a las zonas donde hay hospitales como medida de prevención.

Comento que muchos compañeros ruleteros han preferido usar otros sitios de taxi ante el miedo de agarrar un pasaje en los alrededores de los hospitales y contagiarse del virus SARS CoV2.

 

 

“Yo no trabajo la zona de hospitales, ando por el centro de Veracruz, la zona norte, el área de los Infonavit del norte pero he sabido que los compañeros evitar levantar usuarios de los hospitales, que se han ido de esos lugares porque los contagios están muy fuertes”, señaló.

Hizo referencia que durante el inicio de la pandemia tuvo que dejar de trabajar por casi ocho meses y aunque su hijo mayor le proporciona techo y alimento fue un periodo muy difícil.

“Yo no trabaje ocho meses, afortunadamente vivo con mi hijo y me tuve que poner a hacer otras cosas y tuve que vender muchas cosas, si me dijeran que otra vez se suspende la actividad yo creo que ya no lo aguantaría, no sé qué haría”, puntualizó.

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