Córdoba, Ver.- Ubicada en el corazón de Córdoba, en lo que quizá es el patio de vecindad más antiguo de la ciudad: El patio de la Estrella, la Fábrica de Velas "San Miguel" es toda una tradición familiar con una historia que se remonta cien años atrás.
Emmanuel López Lezama, actual director de la empresa, señala que la elaboración de velas artesanales ha trascendido ya cuatro generaciones de una familia que llegó a Córdoba en 1921, aquí te contamos más acerca de esta empresa familiar que ha sabido adaptarse a las exigencias del mundo moderno.
Recuerda que fue en 1921 cuando su bisabuelo Miguel López Pérez, proveniente de Soltepec, Puebla buscando una mejor calidad de vida, fue aquí donde conoció a María Antonio, quien más tarde se convertiría en su esposa y madre de sus hijos, iniciando así una historia de vida y de trabajo elaborando velas de manera tradicional.
“Mi bisabuelo es de Soltepec, Puebla, él llegó aquí a Córdoba donde conoció a mi bisabuela y en aquellos años comenzó a fabricar las velas, todo empezó haciendo herramientas de madera con diferentes ganchos, fue con lo que empezó haciendo velas de baño”, cuenta.
En aquellas fechas el negocio fue bien aceptado, pues por aquel entonces aún no había mucha energía eléctrica “y entonces él empezó a comercializarlas, se colgaba una garrocha con varias velas y así recorría la ciudad”.
¿Cuándo inició velas "San Miguel en Córdoba?
Comenta que con el paso de los años, el avance de la tecnología y el desarrollo urbano de la ciudad fueron desplazando poco a poco las velas, sin embargo, por lo que comenzó a enseñar a sus hijos a elaborar nuevas velas, con formas y aromas para diversificar la oferta.
Fue así como el arte de elaborar velas pasó de Don Miguel López Pérez a sus hijos, quienes a su vez lo transmitieron a sus descendientes y así hasta llegar a la época de Emmanuel López Lezama, quien actualmente cuenta con una gran variedad de velas en formas, tamaños y aromas.
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“Conforme el tiempo paso fuimos creando diferentes cosas, fuimos metiendo algunas máquinas para facilitar la producción de velas, primero fueron mi abuelo y mi bisabuelo, después mi abuelo con mi mamá que fue donde ampliaron más el negocio metiendo velas decorativas y aromáticas”, cuenta.
El cambio de milenio, también obligó a la fábrica de velas San Miguel tener que innovar, fue cuando María Elena López Lezama, tercera generación al frente de la fábrica, comenzó a renovarse, metiendo ya veladoras artesanales con algún tipo de diseño.
Señala que toda esta innovación ha permitido que la fábrica se mantenga vigente, aunque ahora el uso que se les da es más decorativo que para alumbrar algunas casas que fue la razón por la que nació esta empresa familiar que ha trascendió a través de los años.
Reconoce que la elaboración de velas es un oficio que lleva años en dominarse, pues se debe aprender a diferenciar desde el pabilo que se colocará, hasta las cantidades de materiales y esencias que se requerirán para poder elaborar una vela que agrade a los clientes, pero que además, cumpla con la calidad que los ha caracterizado.
Precisa que la fábrica no estuvo exenta de resentir los embistes de la emergencia sanitaria por Covid-19 pues mucha de la materia prima se incrementó de manera considerable, no obstante continúan trabajando diariamente para poder cumplir los pedidos de sus clientes, pues también es proveedor de velas de algunos establecimientos de la zona centro del estado.
Apunta que en Velas San Miguel pueden encontrar toda variedad de velas para todas las ocasiones, desde para celebrar un cumpleaños hasta para dar un recuerdo o un lindo detalle.