/ domingo 26 de mayo de 2024

¿Transigir o cerrarse al diálogo?

En las adecuaciones que vamos haciendo en la vida, en la sociedad, en las familias, en las reglas no escritas del actuar cotidiano, hay un ingrediente vital: jamás y nunca sentirse ejemplo de perfección.

En mi vida no he encontrado una sola persona que sea infalible, que conozca todo, que sepa de todo, y que siendo un todólogo, se le tenga que otorgar una fe absoluta y ciega. El mismísimo Jesucristo encarnado en un velo de carne humana, fue objeto de oprobio, escarnio, intolerancia, y al mismo tiempo odio por un orden establecido por los sacerdotes judíos; a una higuera la maldijo y ésta se secó, a los fariseos que andaban puerta por puerta, y se dejaban ver públicamente como puros, castos, incorruptibles, hijos de Dios, él no los toleraba en lo absoluto.

Qué quiero reflejar con esto, que farsantes siempre han existido, ya que la modulación de cualquier sociedad, pasa por el diálogo en feed-back, es decir aquel que es retroalimentativo e incluyente de ideas y propuestas fiables, asequibles, alcanzables, no limitantes, buscando una libertad con plena responsabilidad. De no ser así, estaremos al lado de seres meramente caprichudos, berrinchudos, intolerantes, ególatras, agregue usted los adjetivos que le gusten.

El radicalismo en cualquier nivel o aspecto de la vida, nos va reduciendo a creer que somos únicos y perfectos, incluso que la gente no nos merece; es una condición patológica, enfermiza, 100& egocentrista. Los mayores dictadores de la historia han tenido tales cualidades, Mussolini, Stalin, Hitler, y todos aquellos que vengan a su mente, han sido casos patológicos; a vía de ejemplo mencionaré a Hermann Goring, el multicitado ministro de la fuerza aérea nazi en la segunda guerra mundial, sin duda era un hombre inteligente, pero muy estrafalario y ostentoso en su vida pública; así Hitler tuvo un hombre muy cercano a sus ideales, al mismo tiempo muy lejano con la realidad del pueblo Alemán.

Stalin, no sería la excepción, era un tipo déspota, mando eliminar a sus enemigos, a otros los concentró en las prisiones de Siberia. De aquí nace la frase muy mexicana que dice: "Mándalo a Siberia", es decir exclúyelo, congélalo, y que no sea libre de expresar sus ideas, coartando la libertad de expresión, y por lo tanto la democracia al hacerla añicos.

Transigir, es llegar a acuerdos en la vida pública, o en la privada, transigir es ajustar algún punto dudoso o litigioso, conviniendo las partes en algún medio que componga y parta la diferencia de alguna disputa, para aminorar la carga política en presión excesiva, no se olvide que todos hacemos política de una o de otra manera. Aunque también cabe la palabra tolerancia, y sin embargo las diferencias siempre afloraran, se dice que “la ocasión hace al ladrón”, pero una gente muy permisiva u obsecuente, será cómplice de los atropellos en diferentes circunstancias o niveles.

Mi libertad termina adonde también empiezan tus derechos, y viceversa; así vamos imbuidos en varias dinámicas sociales, políticas, económicas, y que sustantivamente vamos seleccionando qué nos parece y de qué podemos estar inconformes. La sustancia del derecho radica en la equidad, la justicia, la democracia, la protección y preservación de nuestras instituciones, ya que la institucionalidad y la independencia de poderes y atribuciones, viene a fortalecer el multicitado estado de derecho, privilegiando el diálogo y la mejor concordancia.




En las adecuaciones que vamos haciendo en la vida, en la sociedad, en las familias, en las reglas no escritas del actuar cotidiano, hay un ingrediente vital: jamás y nunca sentirse ejemplo de perfección.

En mi vida no he encontrado una sola persona que sea infalible, que conozca todo, que sepa de todo, y que siendo un todólogo, se le tenga que otorgar una fe absoluta y ciega. El mismísimo Jesucristo encarnado en un velo de carne humana, fue objeto de oprobio, escarnio, intolerancia, y al mismo tiempo odio por un orden establecido por los sacerdotes judíos; a una higuera la maldijo y ésta se secó, a los fariseos que andaban puerta por puerta, y se dejaban ver públicamente como puros, castos, incorruptibles, hijos de Dios, él no los toleraba en lo absoluto.

Qué quiero reflejar con esto, que farsantes siempre han existido, ya que la modulación de cualquier sociedad, pasa por el diálogo en feed-back, es decir aquel que es retroalimentativo e incluyente de ideas y propuestas fiables, asequibles, alcanzables, no limitantes, buscando una libertad con plena responsabilidad. De no ser así, estaremos al lado de seres meramente caprichudos, berrinchudos, intolerantes, ególatras, agregue usted los adjetivos que le gusten.

El radicalismo en cualquier nivel o aspecto de la vida, nos va reduciendo a creer que somos únicos y perfectos, incluso que la gente no nos merece; es una condición patológica, enfermiza, 100& egocentrista. Los mayores dictadores de la historia han tenido tales cualidades, Mussolini, Stalin, Hitler, y todos aquellos que vengan a su mente, han sido casos patológicos; a vía de ejemplo mencionaré a Hermann Goring, el multicitado ministro de la fuerza aérea nazi en la segunda guerra mundial, sin duda era un hombre inteligente, pero muy estrafalario y ostentoso en su vida pública; así Hitler tuvo un hombre muy cercano a sus ideales, al mismo tiempo muy lejano con la realidad del pueblo Alemán.

Stalin, no sería la excepción, era un tipo déspota, mando eliminar a sus enemigos, a otros los concentró en las prisiones de Siberia. De aquí nace la frase muy mexicana que dice: "Mándalo a Siberia", es decir exclúyelo, congélalo, y que no sea libre de expresar sus ideas, coartando la libertad de expresión, y por lo tanto la democracia al hacerla añicos.

Transigir, es llegar a acuerdos en la vida pública, o en la privada, transigir es ajustar algún punto dudoso o litigioso, conviniendo las partes en algún medio que componga y parta la diferencia de alguna disputa, para aminorar la carga política en presión excesiva, no se olvide que todos hacemos política de una o de otra manera. Aunque también cabe la palabra tolerancia, y sin embargo las diferencias siempre afloraran, se dice que “la ocasión hace al ladrón”, pero una gente muy permisiva u obsecuente, será cómplice de los atropellos en diferentes circunstancias o niveles.

Mi libertad termina adonde también empiezan tus derechos, y viceversa; así vamos imbuidos en varias dinámicas sociales, políticas, económicas, y que sustantivamente vamos seleccionando qué nos parece y de qué podemos estar inconformes. La sustancia del derecho radica en la equidad, la justicia, la democracia, la protección y preservación de nuestras instituciones, ya que la institucionalidad y la independencia de poderes y atribuciones, viene a fortalecer el multicitado estado de derecho, privilegiando el diálogo y la mejor concordancia.