Córdoba, Ver.- Sin duda Veracruz tiene paisajes hermosos, lugares místicos y llenos de vegetación, así como una gran historia contada a través de sus plazas, calles, edificaciones y callejones, algunos de ellos con grandes leyendas que invitan al turismo a conocerlos.
El todo el territorio veracruzano existen este tipo de callejones siendo los más famosos los de la capital del estado, de hecho, la ciudad cuenta con más de cinco callejones, calles e inmuebles con historias de los primeros pobladores.
En este recorrido te contamos la historia de algunos de ellos pero no solamente de Xalapa, también del pueblo mágico de Coscomatepec y Córdoba.
¿Cuáles callejones hay en Veracruz?
Callejón del Cañón
Ubicado en el pueblo mágico de Coscomatepec de Bravo. El Callejón del Cañón en uno de los atractivos turísticos más visitados de la ciudad junto con el Puente del Virrey del cual hablamos en días pasados, además de que al ser una zona donde el arte de elaborar puros es toda una tradición ofrecen a los turistas su Talleres de puros, también recorren la capilla de San Diego, la iglesia San Juan Bautista y la iglesia Ixtayucan.
La fusión de cultura y tradición se reflejan en su historia y fue catalogado como Pueblo Mágico desde el 2015 uniéndose a los pueblos de Coatepec, Papantla, Zozocolco, Xico y Orizaba.
Coscomatepec proviene del vocablo náhuatl "Cuezcomatepec" compuesto por las palabras: cuezcoma que se traduce como “troje”, de tepetl que significa “cerro” y de C, que quiere decir “en”. Por lo que se podría leer como “en el Cerro de las Trojes”.
Imagina como un callejón tiene una historia que se remonta a tiempos prehispánicos cuando éste territorio fue ocupado por indígenas totonacos quienes eran originarios de Puebla: los cucutochcas.
Uno de sus más importantes episodios sucedió en 1813 durante la Guerra de la Independencia, cuando el General Nicolás Bravo y 600 Insurgentes lograron romper el sitio de 33 días que sufría el pueblo, quienes salieron silenciosamente rumbo a San Antonio Huatusco y dejando mal parado al ejército realista.
Definitivamente conocer los datos históricos de un lugar antes de visitarlo es completamente enriquecedor pues tus memorias de aquel lugar no serán las mismas al tener conocimiento que fue un lugar de lucha por nuestra libertad.
Es recomendable visitarlo en el mes de octubre cuando se lleva a cabo la ruptura del sitio de Coscomatepec de Bravo.
Callejón de Jesús te ampare
A través del ayuntamiento de Xalapa se dio a conocer la existencia de un libro que era en realidad una compilación de las historias, cuentos y leyendas de la capital siendo una de las más alarmantes la historia de “La maldición de Xalapa” dónde se menciona que –Xalapa morirá por agua- ¿te gustaría leerla?
No obstante ese mismo texto trae en su índice una historia de amor, deseo y venganza que dio nombre a uno de los callejones del centro histórico, se trata del callejón de Jesús te ampare que colinda con la iglesia de San José.
Esta legendaria calle tiene un nombre que evoca un suceso de la época en que Xalapa aún era una Villa: había llegado una familia de España y con ellos una joven de 17 años.
Se trataba de una bella joven, quien poco tiempo después comenzó una relación con un estudiante xalapeño llegando a comprometerse.
Cosme de Taboada, apenas un año mayor que ella tenía permiso de los padres para visitarla formalmente así que cada noche iba a verla, y hasta ya muy tarde, la amorosa conversación de la pareja se prolongaba.
Un día nublado y de incesante chipi-chipi, característico de la ciudad, pasó junto a la vivienda de la jovencita un hombre en estado de ebriedad, quien resentido por la muerte de su esposa, y al ver la dicha de los enamorados, le vinieron oscuros deseos de matar.
Antes de despedirse de la joven aquella noche, Cosme se quedó apoyado en los barrotes de la salida sin poder ver al agresor acercarse y herirlo con una navaja que le provocó la muerte.
La prometida, horrorizada, solo pudo exclamar: –"¡Cosme, que Jesús te ampare"! Desde entonces, la Villa llamó a este trágico sitio Callejón de Jesús te ampare, frase que guarda la tradición de la ciudad.
Callejón de Lourdes
Por décadas las historias que nos cuentan sobre acontecimientos en la ciudad han perdido esencia debido a que con el paso del tiempo algunos detalles se van perdiendo, ya que las principales características de las leyendas es que se van contando de generación en generación.
Cuando Córdoba aún era una villa surgió la historia del perro del Callejón de Lourdes cuando vivió un verdugo a quien por su ferocidad llamaban “El Ogro”, pues corrían los rumores de que además de quemar vivos a los indios y marcarlos con hierros candentes como si fueran animales tenía la bárbara costumbre de “aperrearlos”; para lo cual utilizaba mastines que perseguían a los esclavos quienes empavorecidos se refugiaban en las selvas vírgenes donde casi siempre eran destrozados.
Por el año 1530 uno de aquellos perros de “El Ogro” se convirtió en un horrible demonio y después de destrozar entre sus filosos colmillos al hombre echando lumbre por los ojos se llevó su alma al fondo de los bosques donde lo perseguía sin descanso.
Ya siendo conocido como el Callejón de Lourdes cuenta la leyenda que a finales de 1870 vino a vivir al Callejón una mujer que se creía era hechicera, en el barrio era conocida como la comadre Tuza. Con el tiempo trajo la mujer a su casa a una hermosa niña de ocho años que decía era su hijastra y a quien vestida de harapos obligaba a pedir limosna.
Había una distinguida dama muy piadosa en el mismo barrio que daba caridad a los necesitados. Un día, la niña que con frecuencia la visitaba contó llorando que hacía varias noches que se despertaba al oír voces y carcajadas en la habitación en la que la madrastra dormía y cuando se asomó para ver qué sucedía, se dio cuenta que el oscuro cuarto sólo estaba la comadre Tuza y un enorme perro negro que parecía tener los ojos de lumbre.
La señora al principio no hizo caso del inocente relato, pero la llevó a la capilla del Convento y rezándole a Nuestra Señora de Lourdes colocó una medallita a la niña rogándole que siempre la llevara consigo.
Cuando la muchachita llegó a la casa de la vieja, ésta le ordenó que fuera por al agua al río amenazándola con matarla a palos si no obedecía.
Temblando de miedo llegó la niña hasta la orilla del río y a su regreso sintió que la seguían, creyó oír voces que la llamaban por su nombre. Abandonando el cántaro echó a correr rumbo a la casa, y al dejar la vereda que desembocaba en el oscuro callejón vio entre las sombras al enorme perro y a la vieja que se abalanzaban sobre ella llenos de odio.
Ya la mujer la había tomado de los brazos para que el perro la destrozara cuando la camisa de la niña, que hacía grandes esfuerzos por soltarse se desabrochó dejando ver la medalla bendita que brilló como un rayo de luz.
Cuando vecinos corrieron a ver qué sucedía levantaron del suelo a la muchachita que se había desmayado; en el oscuro callejón alumbrado por la luz de la Luna no vieron más que a una niña muy hermosa vestida de harapos, que apretaba contra su corazón una medalla de nuestra Señora de Lourdes, y junto a ella dos enormes montones de encendido carbón donde la lumbre se fue apagando poco a poco.
¿Conoces algún otro callejón que guarde una historia impresionante?
