Córdoba, Ver.- En el marco de la celebración del Pentecostés, el obispo de la Diócesis de Córdoba, Monseñor Eduardo Carmona Ortega, hace un llamado a la feligresía católica para que tengan abierto su corazón y recibir la bendición de Dios.
Y es que asegura que ante los tiempos que se viven en materia de inseguridad, violencia y tantos males sociales es importante que la población reciba el Espíritu Santo para juntos construir una mejor sociedad y por ende un mejor espacio para desarrollarnos.
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“No nos percatamos de que en la vida necesitamos la ayuda de Dios, pensamos que Dios es aparte de la vida, cuando la verdad la vida sin Dios está muerta, no hay esperanza, hay tristeza, hay abandono, hay violencia, hay deterioro del ser humano” comenta.
En entrevista al concluir la homilía dominical en la Catedral de la Inmaculada Concepción, el prelado refiere que la fiesta del Pentecostés es la que pone fin a todo el periodo de reflexión que se inició con la celebración del Miércoles de Ceniza y continuó con la Semana Santa.
¿Qué es el Pentecostés?
“El Pentecostés es la culminación de todo el tiempo de la pascua, hemos vivido más de tres meses de celebraciones litúrgicas, empezamos desde el miércoles de ceniza y continuamos con la Cuaresma, la Semana Mayor, cantamos la victoria de Jesucristo y hoy es la fiesta de la cosecha” dice.
Y explica que hoy, en el Pentecostés el espíritu de Dios es derramado en toda la iglesia y por ello es importante que los fieles abran su corazón para recibir la máxima bendición de nuestra fe, como lo es el espíritu santo.
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“Con el espíritu santo logramos muchas cosas, logramos avanzar, ser buenas personas y hacer el bien a nuestros prójimos, de eso se trata la vida” precisa el máximo jerarca de la grey católica en esta celebración tan importante para la fe católica.
La celebración del Pentecostés rememora el momento en el que el espíritu santo desciende del cielo y se postra, en forma de lenguas de fuego, en cada uno de los apóstoles de Jesucristo a fin de que puedan ir a predicar el evangelio por todas las naciones.
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Con esta celebración la Iglesia Católica cierra todo el proceso cristiano que se inició con el Miércoles de Ceniza y que fue el preámbulo de la preparación de Cuaresma, la celebración de la Semana Santa, donde ese vive la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
