Córdoba, Ver.- Reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales es algo que afectará de manera directa a las fuentes generadores de empleo que apenas están recuperándose de la etapa crítica del Covid-19, el aumento al salario y al periodo vacacional, señala José Antonio Mora Farias, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Córdoba.
¿Qué otras afectaciones enfrentarán las empresas?
Y es que al reducir horas de trabajo, las empresas tendrán que hacer más contrataciones, lo que se traduce en pagos de salarios, pago de impuestos, prestaciones de ley y demás erogaciones que prácticamente mermarán en las utilidades de las empresas al final de cuentas, por lo que consideran que no sea algo positivo, al menos no en este momento.
- Te puede interesar: Fábricas de piloncillo, sustentables y no contaminantes
“Como cámara podemos decir que esta reducción de la jornada laboral es una medida que será sumamente compleja para todos los que nos dedicamos al comercio en general, cadenas productivas, va a ser un tema muy complicado, ya que estas medias no son para apoyar al trabajador, son medias que tienen un tinte más político que benéfico para el trabajador y atenta contra la fuente de trabajo”, dice.
Y explica que aplicar esta reducción a la jornada laboral desencadenará una serie de alzas en los costos de operatividad de las empresas, pues reitera que al reducir la jornada se tendrá que contratar más personal para cubrir las horas que quedarán libres y esto a su vez se traduce en más gastos que terminarán ahogando al generador de empleos.
¿Qué negocios son los que resultarían más afectados?
Incluso destaca que esto podría afectar aún más a las medianas y pequeñas empresas que corren un alto riesgo de tener que cerrar sus puertas al no poder cumplir con estas disposiciones, considerando toda la carga fiscal que implicaría el contratar nuevo personal más los salarios que deberán cubrir.
“Esto, de alguna u otra forma, sobre todo a las pequeñas empresas que tienen poco personal, al no ser rentables tendrán de dos: o cierran o se van a la informalidad, entonces por donde se vea hay complejidad en la decisión que nuestros diputados están tratando de querer que pase”, precisa.
Y comenta que lo más recomendable, antes de aprobar cualquier modificación a la Ley, es que se realicen mesas de trabajo con empresarios, se analicen los alcances, ventajas y desventajas de esta determinación, sobre todo porque asegura que las jornadas de ocho horas no son malas tomando en cuenta que se aumentaron periodos vacacionales, salarios y demás prestaciones.
Reitera que muchas empresas aún no han logrado recuperarse al cien por ciento después de la crisis financiera que dejó el Covid-19, por lo que apunta que como cámara no están de acuerdo con esta iniciativa.