Córdoba. Ver.-La pareja asesinada a balazos la tarde del jueves en el panteón particular cordobés, eran madre e hijo; ambos fueron acribillados a balazos.
Ella fue identificada como Celerina “N”, de 59 años, y su cuerpo presentó tres impactos de bala en diversas partes del cuerpo. Según indagatorias, su muerte fue colateral.
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Por otra parte, el hombre es Guillermo “N”, de 37 años, exconvicto del penal de mediana seguridad de La Toma, en Amatlán. A él le asestaron cinco balazos en cabeza y cuerpo.
Según se conoció, madre e hijo habían acudido a ver la tumba en donde se encuentran los restos de su esposo y padre respectivamente.
Guillermo tenía apenas cinco días de haber salido de la cárcel, libre por buen comportamiento. Cumplió una condena de 18 años por homicidio, inicialmente era de 35 años.
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Se conoció que tenía ganas de conocer la última morada de su padre.
Ahí, cerca de la tumba quedó su cuerpo inerte que fue encontrado por paramédicos de Cruz Roja, quienes llegaron a tratar de reanimarlo, pero no lo lograron debido a las lesiones ocasionadas por los disparos.
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El de su madre quedó a bordo de la ambulancia, ya que aún con vida fue llevada al nosocomio, pero no aguantó a llegar.
¿Cómo fue posible identificar los cuerpos?
En un principio la pareja estaba reportada como desconocida, e incluso se llegó a decir que tal vez no eran de la zona.
Al paso de las horas, y al conocerse la identidad, fue como las autoridades investigadoras pudieron determinar el probable origen del doble crimen.
Según las primeras diligencias, hace 18 años Guillermo participó junto con los que probablemente ahora sean sus asesinos, en el crimen de un médico radiólogo de avenida 3 entre calles 15 y 17 de Córdoba.
Al profesionista lo torturaron y asesinaron, para luego robarle dinero, joyas y tarjetas de crédito, medio por el cual la Policía detectó a Guillermo y lo detuvo en Veracruz, pagando con los plásticos del médico fallecido.
Debido a ello, Guillermo fue condenado a la cárcel, en donde cumplió 18 de los 35 años a los cuales fue sentenciado.
Ahora las autoridades policiacas investigan la identidad y paradero de los criminales, que si bien es cierto pudieron ser sus cómplices, también es cierto que puede tratarse de una presunta venganza por la muerte del médico, pero eso deberá de esclarecerlo la Policía Ministerial Acreditable (PMA).