El candidato a la presidencia de la República de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, denunció el pasado lunes, en la firma del documento “El Compromiso por la Paz”, promovido por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), cómo el crimen organizado le está ganando territorio al Estado mexicano.
“El horror se apoderó de México”, precisó, frase que el periódico Reforma la recogió y puso en su primera plana digital, donde la mantuvo todo ese día.
Esa es la realidad que está viviendo el país y que por más esfuerzos que el presidente López Obrador realiza desde su púlpito mañanero para minimizar la ola de crímenes, levantones, desapariciones y otros delitos, ya es imposible ocultarlos ya no solo en México, sino en el mundo inclusive.
A la violencia social se le ha sumado ahora la violencia política, que arrancó paralelamente con el inicio de las campañas, con más de diez candidatos asesinados frente a un gobierno federal y estatales maniatados, incapaces de garantizar un clima electoral propicio para que la ciudadanía se vuelque el 2 de junio a votar, quizás porque en el fondo quienes están al frente de estas responsabilidades, busquen precisamente eso: un clima de temor, de miedo, de zozobra, que haga que la gente se quede mejor en sus casas en lugar de salir a sufragar, porque eso les conviene a ellos, porque ya antes los benefició en varios estados del occidente mexicano en las elecciones del 2021, que les hizo ganar varias gubernaturas.
En el proceso electoral de hace tres años (2021) se contabilizaron 32 asesinatos de candidatos (as). En este momento, a 80 días del día de la elección, ya van diez y no se observa ni siquiera la intención del Estado y sus instituciones de procuración de justicia de detenerlos, por lo que nada bueno puede predecirse de aquí al 2 de junio.
De no elegir bien y de manera reflexionada al futuro presidente, el horror al que se refiere Máynez se incrementará, sumándole a los asesinatos el cobro de piso, la extorsión, el robo a casa-habitación y comercios, el asalto en carreteras, porque habrá que decirlo, a las y los mexicanos ya nos es normal vivir en medio de toda esta tragedia.
Integralia acaba de dar a conocer un dato importantísimo: en los 5 años y 4 meses que lleva gobernando don Andrés, ya se rebasaron los crímenes que se cometieron durante los 12 años de gobierno de Vicente Fox y Felipe Calderón, lo que no es nada bueno para nosotros, los hombres y mujeres maduros, pero menos para nuestros hijos y nietos.
Estoy convencido que con hacer cárceles más grandes no se va a solucionar la inseguridad y horror que abraza a México, si no tenemos un gobierno que ejecute políticas públicas que inhiban la comisión de delitos, y de aplicación de las leyes en contra de los delincuentes y de las autoridades que los solapen.
O seleccionamos un nuevo gobierno que aplique la ley, porque es la ley, o habremos perdido nuestra libertad, nuestra paz, nuestra tranquilidad y nuestra alegría.
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