/ jueves 11 de enero de 2024

La transfobia desde el Altiplano

¿Qué tan lejos hemos dejado avanzar la transfobia en México? La lucha contra el “borrado de mujeres trans” se ha erigido para impedir que en países como España, Reino Unido (y ahora México) entren en vigor leyes que permitan el reconocimiento de las identidades sexogenéricas de las personas trans y no binarias mediante trámites administrativos y ya no a través de juicios o certificaciones de género, para las que se necesitan acompañamientos psicológicos o psiquiátricos, así como tratamientos hormonales y una atención integral que incluya salud, educación, vivienda y trabajo, pero desafortunadamente la sociedad con una cultura predominantemente machista, patriarcal con heterosexualidad hegemónica, ha contribuido históricamente con la patologización de las personas trans.

El peligro de este discurso transfóbico no radica únicamente en su lucha por restringir derechos, sino también en su función como caldo de cultivo para reforzar estigmas y prejuicios en contra de la comunidad trans.

En el contexto actual, no suscribir el discurso transfóbico o desmarcarse de él no es suficiente: también hay que posicionarse en su contra. El pasado lunes 8 de enero, en su acostumbrada mañanera, el presidente de la República hizo comentarios transfóbicos en contra de la diputada federal trans Salma Luevano Luna después que un reconocido periodista señalara que un día antes, en un evento en Mérida, Yucatán, se notara ciertas actitudes de trato diferenciado hacia la diputrans.

“Ayer López-Dóriga criticándome porque le di un beso a un señor vestido de mujer”, haciendo alusión a Luevano Luna, esto desató una serie de inconformidades principalmente de activistas LGBTQ+ y de la población diversa. Más que desatinado es desafortunado que en cadena nacional con proyección mundial se exhibe no solo la falta de educación y conocimiento sobre el tema, también la falta de compromiso para atender la problemática de fondo.

Queda claro que el Presidente desconoce que México a nivel Latinoamérica ocupa el segundo lugar en crímenes de odio por homofobia, donde más del 50% son contra mujeres trans. De acuerdo con la ONU, el Contador de Discursos de Odio de Twitter en 2022 contabilizó 937 mil mensajes de odio al día en comparación de 2021, que fueron 548 mil, de los cuales el 71% son por la orientación sexual, preferencia sexual y/o expresión de género discriminando el libre desarrollo de la personalidad de las poblaciones diversas. Que la discriminación incluida la orientación sexual está tipificada en el Código Penal Federal, que es un delito.

Datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio por Homofobia y la Coalición Estatal LGBTTTIQ+ Veracruz, a nivel nacional, de 2017 a la fecha se han contabilizado 461 muertes en extrema violencia, de los cuales 188 fueron perpetuadas en Veracruz; en 2023 se contabilizaron 23. Solo el 25% de los casos han sido denunciados, el 5% siguen en debido proceso y alarmante el 91% de los casos han quedado en total impunidad.

Desconoce la problemática real de nuestra población, se ha quedado en el discurso el respeto a los derechos humanos sin la creación de políticas públicas transversales que solucionen esa problemática: recordarle al Presidente que los avances no han sido por voluntad política, legislativa o gubernamental, ha sido por la lucha de activistas y de la sociedad civil quienes realmente hemos impulsado la agenda colocándola en la esfera pública.

Hay que recordar que el 15% de la población total en México pertenece a la diversidad sexual, es decir, de 128 millones 900 mil personas, 18 millones son abiertamente diversos. En Veracruz se estima 1.8 millones. La población diversa fue esencial para el triunfo de Morena en el 2018 pues tomaron la causa y la abanderaron prometiendo soluciones, las cuales en este sexenio quedan muchos temas pendientes.

Como señalé en mi colaboración pasada, soy objetivo y congruente, la discriminación por orientación sexual, identidad y/o expresión sexogenérica no debe ser tolerada, normalizada ni naturalizada, no se le disculpa a nadie, menos al Presidente, quien debe dar el ejemplo para erradicar este tipo de prácticas. La disculpa era obligada, pero no es suficiente. Como Coalición Estatal LGBTTTIQ+ Veracruz nos sumamos y exhortamos para que se termine la discriminación contra nuestra población para generar los cambios necesarios. A mis compañeres de lucha, gracias por alzar la voz mandando el mensaje contundente: existimos porque insistimos y resistimos hasta que la dignidad humana se haga costumbre.

*Maestro. Activista

¿Qué tan lejos hemos dejado avanzar la transfobia en México? La lucha contra el “borrado de mujeres trans” se ha erigido para impedir que en países como España, Reino Unido (y ahora México) entren en vigor leyes que permitan el reconocimiento de las identidades sexogenéricas de las personas trans y no binarias mediante trámites administrativos y ya no a través de juicios o certificaciones de género, para las que se necesitan acompañamientos psicológicos o psiquiátricos, así como tratamientos hormonales y una atención integral que incluya salud, educación, vivienda y trabajo, pero desafortunadamente la sociedad con una cultura predominantemente machista, patriarcal con heterosexualidad hegemónica, ha contribuido históricamente con la patologización de las personas trans.

El peligro de este discurso transfóbico no radica únicamente en su lucha por restringir derechos, sino también en su función como caldo de cultivo para reforzar estigmas y prejuicios en contra de la comunidad trans.

En el contexto actual, no suscribir el discurso transfóbico o desmarcarse de él no es suficiente: también hay que posicionarse en su contra. El pasado lunes 8 de enero, en su acostumbrada mañanera, el presidente de la República hizo comentarios transfóbicos en contra de la diputada federal trans Salma Luevano Luna después que un reconocido periodista señalara que un día antes, en un evento en Mérida, Yucatán, se notara ciertas actitudes de trato diferenciado hacia la diputrans.

“Ayer López-Dóriga criticándome porque le di un beso a un señor vestido de mujer”, haciendo alusión a Luevano Luna, esto desató una serie de inconformidades principalmente de activistas LGBTQ+ y de la población diversa. Más que desatinado es desafortunado que en cadena nacional con proyección mundial se exhibe no solo la falta de educación y conocimiento sobre el tema, también la falta de compromiso para atender la problemática de fondo.

Queda claro que el Presidente desconoce que México a nivel Latinoamérica ocupa el segundo lugar en crímenes de odio por homofobia, donde más del 50% son contra mujeres trans. De acuerdo con la ONU, el Contador de Discursos de Odio de Twitter en 2022 contabilizó 937 mil mensajes de odio al día en comparación de 2021, que fueron 548 mil, de los cuales el 71% son por la orientación sexual, preferencia sexual y/o expresión de género discriminando el libre desarrollo de la personalidad de las poblaciones diversas. Que la discriminación incluida la orientación sexual está tipificada en el Código Penal Federal, que es un delito.

Datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio por Homofobia y la Coalición Estatal LGBTTTIQ+ Veracruz, a nivel nacional, de 2017 a la fecha se han contabilizado 461 muertes en extrema violencia, de los cuales 188 fueron perpetuadas en Veracruz; en 2023 se contabilizaron 23. Solo el 25% de los casos han sido denunciados, el 5% siguen en debido proceso y alarmante el 91% de los casos han quedado en total impunidad.

Desconoce la problemática real de nuestra población, se ha quedado en el discurso el respeto a los derechos humanos sin la creación de políticas públicas transversales que solucionen esa problemática: recordarle al Presidente que los avances no han sido por voluntad política, legislativa o gubernamental, ha sido por la lucha de activistas y de la sociedad civil quienes realmente hemos impulsado la agenda colocándola en la esfera pública.

Hay que recordar que el 15% de la población total en México pertenece a la diversidad sexual, es decir, de 128 millones 900 mil personas, 18 millones son abiertamente diversos. En Veracruz se estima 1.8 millones. La población diversa fue esencial para el triunfo de Morena en el 2018 pues tomaron la causa y la abanderaron prometiendo soluciones, las cuales en este sexenio quedan muchos temas pendientes.

Como señalé en mi colaboración pasada, soy objetivo y congruente, la discriminación por orientación sexual, identidad y/o expresión sexogenérica no debe ser tolerada, normalizada ni naturalizada, no se le disculpa a nadie, menos al Presidente, quien debe dar el ejemplo para erradicar este tipo de prácticas. La disculpa era obligada, pero no es suficiente. Como Coalición Estatal LGBTTTIQ+ Veracruz nos sumamos y exhortamos para que se termine la discriminación contra nuestra población para generar los cambios necesarios. A mis compañeres de lucha, gracias por alzar la voz mandando el mensaje contundente: existimos porque insistimos y resistimos hasta que la dignidad humana se haga costumbre.

*Maestro. Activista