/ viernes 19 de enero de 2024

El personaje del siglo

Si pudiéramos tener la oportunidad de viajar rápidamente 100 años adelante de nuestra época actual, nos encontraríamos con la grata sorpresa de que tuvimos el privilegio de coincidir con el que será considerado el personaje del siglo en la historia contemporánea de México.

Así es, querido lector, así como hoy recordamos, tal vez de forma clara, en cada una de las transformaciones a algún personaje de la historia de nuestro país, como lo pueden ser Miguel Hidalgo y sus compañeros en la época de Independencia, Benito Juárez en la Reforma y Francisco I. Madero durante la Revolución Mexicana, encontraremos que, en esta Cuarta Transformación de la vida pública de nuestra nación, el principal personaje y protagónico es el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sin duda, se ha convertido en el transformador absoluto de nuestro tiempo, ya que ha obtenido la mayor cantidad de logros en materia de política social, mejoras a los sectores obreros, una lucha frontal contra el flagelo de la corrupción, ha roto todos los mitos en materia económica, que durante décadas los gobiernos neoliberales utilizaron para delinear políticas que solo beneficiaron a algunos cuantos, ha logrado una moneda fuerte, una economía emergente consolidada y en franca mejoría, siendo ya punta de lanza mundial con cifras récord en generación de empleos, remesas e inversión extranjera, es el único presidente que se ha atrevido de forma pacífica, mediante la democracia, de enfrentar al poder económico, así como al poder judicial y a una autoridad electoral que representan el último reducto del conservadurismo rancio mexicano, manifestando en estos choques con los poderes fácticos una cuota altísima de valor y amor por nuestro México.

A nueve meses de concluir su mandato, ha evidenciado las mentiras que por décadas lo mantuvieron a raya del acceso a la presidencia de la República, por ejemplo, no nos hemos transformado en Venezuela ni en Cuba, no se ha implementado un régimen comunista, no se militarizó el país, no hubo fuga de capitales, no se perdieron empleos, no se crearon impuestos, no ha sido bajo ninguna circunstancia el gobierno actual un peligro para los mexicanos, por el contrario, ha desenmascarado las grandes falsedades que un pequeño grupo de potentados sostuvo en los últimos 40 años.

Todo lo anterior lo ha colocado ya como el líder mundial con los índices de aceptación más altos del planeta y con políticas públicas que ya se emulan en otros países. Es precisamente en las pasadas fechas decembrinas, donde podemos constatar que el presidente de la República está en prácticamente todas las conversaciones en todos los niveles, pues se ha convertido en un personaje que ha ejercido el poder, sin tener la más mínima intención de ejercerlo como tal, sino más bien de transformarlo, como el mismo dice, en una virtud, que al mismo tiempo tiene pulverizada a la oposición, misma que no tiene ni discurso, ni sustancia, ni elementos para siquiera aspirar a algo en las próximas elecciones.

La eficacia del Presidente lo ha llevado a ganar más gubernaturas en menos tiempo que el propio PRI en sus épocas más dominantes y reducir a la mínima expresión con peligro de extinción a este y al PRD, con la guardada distancia de que a diferencia del Revolucionario Institucional, Morena ha ejercido el servicio público en favor de todos los mexicanos. De esta manera, nos encontramos sin duda en lo que va del siglo, con el personaje más influyente de la historia de nuestro país y hemos tenido la oportunidad única de coincidir con él.

*Diputado federal. Morena

Si pudiéramos tener la oportunidad de viajar rápidamente 100 años adelante de nuestra época actual, nos encontraríamos con la grata sorpresa de que tuvimos el privilegio de coincidir con el que será considerado el personaje del siglo en la historia contemporánea de México.

Así es, querido lector, así como hoy recordamos, tal vez de forma clara, en cada una de las transformaciones a algún personaje de la historia de nuestro país, como lo pueden ser Miguel Hidalgo y sus compañeros en la época de Independencia, Benito Juárez en la Reforma y Francisco I. Madero durante la Revolución Mexicana, encontraremos que, en esta Cuarta Transformación de la vida pública de nuestra nación, el principal personaje y protagónico es el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sin duda, se ha convertido en el transformador absoluto de nuestro tiempo, ya que ha obtenido la mayor cantidad de logros en materia de política social, mejoras a los sectores obreros, una lucha frontal contra el flagelo de la corrupción, ha roto todos los mitos en materia económica, que durante décadas los gobiernos neoliberales utilizaron para delinear políticas que solo beneficiaron a algunos cuantos, ha logrado una moneda fuerte, una economía emergente consolidada y en franca mejoría, siendo ya punta de lanza mundial con cifras récord en generación de empleos, remesas e inversión extranjera, es el único presidente que se ha atrevido de forma pacífica, mediante la democracia, de enfrentar al poder económico, así como al poder judicial y a una autoridad electoral que representan el último reducto del conservadurismo rancio mexicano, manifestando en estos choques con los poderes fácticos una cuota altísima de valor y amor por nuestro México.

A nueve meses de concluir su mandato, ha evidenciado las mentiras que por décadas lo mantuvieron a raya del acceso a la presidencia de la República, por ejemplo, no nos hemos transformado en Venezuela ni en Cuba, no se ha implementado un régimen comunista, no se militarizó el país, no hubo fuga de capitales, no se perdieron empleos, no se crearon impuestos, no ha sido bajo ninguna circunstancia el gobierno actual un peligro para los mexicanos, por el contrario, ha desenmascarado las grandes falsedades que un pequeño grupo de potentados sostuvo en los últimos 40 años.

Todo lo anterior lo ha colocado ya como el líder mundial con los índices de aceptación más altos del planeta y con políticas públicas que ya se emulan en otros países. Es precisamente en las pasadas fechas decembrinas, donde podemos constatar que el presidente de la República está en prácticamente todas las conversaciones en todos los niveles, pues se ha convertido en un personaje que ha ejercido el poder, sin tener la más mínima intención de ejercerlo como tal, sino más bien de transformarlo, como el mismo dice, en una virtud, que al mismo tiempo tiene pulverizada a la oposición, misma que no tiene ni discurso, ni sustancia, ni elementos para siquiera aspirar a algo en las próximas elecciones.

La eficacia del Presidente lo ha llevado a ganar más gubernaturas en menos tiempo que el propio PRI en sus épocas más dominantes y reducir a la mínima expresión con peligro de extinción a este y al PRD, con la guardada distancia de que a diferencia del Revolucionario Institucional, Morena ha ejercido el servicio público en favor de todos los mexicanos. De esta manera, nos encontramos sin duda en lo que va del siglo, con el personaje más influyente de la historia de nuestro país y hemos tenido la oportunidad única de coincidir con él.

*Diputado federal. Morena